RIESGO
CARDIOVASCULAR EN
TRASPLANTE RENAL.
R
Marcén, J Pascual, J Ortuño
Servicio de
Nefrología. Hospital Ramón y Cajal.
Facultad de Medicina. Universidad de Alcalá de Henares.
Madrid
Las
enfermedades cardiovasculares
en las que se incluyen la enfermedad coronaria, las
arritmias, la enfermedad cerebrovascular y la enfermedad vascular
periférica, son más frecuentes en los enfermos trasplantados que
en la población general (1). Estas enfermedades
son la primera causa de mortalidad en estos enfermos, y
ocasionan alrededor del 50% de los fallecimientos.
Como muchos de estos enfermos fallecen con un injerto
funcionante, son además
una causa importante de pérdida del injerto (2). Esta alta
prevalencia se ha atribuído a la presencia en estos enfermos de los
factores de riesgo cardiovascular con una mayor frecuencia que la
habitual en la población
general además de aquellos otros derivados de su enfermedad renal.
Prevalencia
Como
ocurre en la población general, la prevalencia de las enfermedades
cardiovasculares en el enfermo trasplantado varía de unos países a
otros. Esto se cree debido a la existencia de factores ambientales,
características genéticas, formas de vida etc que modifican los
factores de riesgo. En
el enfermo trasplantado, la
selección de los enfermos para trasplante, el porcentaje de diabéticos
y la duración del seguimiento pueden influir en el mayor o menor
desarrollo posterior de las enfermedades cardiovasculares. La tabla 1 muestra
como para la enfermedad coronaria la prevalencia varía entre el 6%
y el 15%, para la enfermedad cerebrovascular entre el 1,4% y el 8% y
para la enfermedad vascular periférica entre el 2,7% y el 10,5%
(1,3-6).
Tabla
1.- Prevalencia (%) de enfermedades cardiovasculares en trasplante
renal
Autor
|
Enfermos
|
Seguimiento
(meses)
|
EC
|
ECV
|
EVP
|
Total
CV
|
Kasiske
y cols 1996
|
675
|
84±50,4
|
12,6
|
8,0
|
10,5
|
|
Aker
y cols 1998
|
427
|
28,6±20,2
|
9,8
|
1,6
|
2,7
|
11,7
|
Aakhus
y cols 1999
|
406
|
48
|
14,2
|
2,7
|
4,4
|
21,4
|
Ducloux
y cols 2000
|
207
|
73±48
|
6,8
|
1,4
|
6,3
|
14,5
|
Htal
Ramón y Cajal
|
501
|
70±41
|
6,6
|
2,6
|
3,7
|
12,9
|
EC= Enfermedad coronaria. ECV=Enfermedad
cerebrovascular. EVP= Enfermedad vascular periférica. CV=Enfermedad
cardiovascular
Como
puede observarse la menor prevalencia se observa en datos
procedentes de Francia y España, que son los países occidentales
con menor incidencia de enfermedades cardiovasculares en la población
general. En España,
los datos que tenemos acerca de la prevalencia de enfermedades
cardiovasculares en trasplante renal es escasa. En el Registro catalán
(7), en enfermos trasplantados de edad avanzada, la prevalencia fue
del 12% para la cardiopatía isquémica, del 4% para la enfermedad
cerebrovascular y del 9% para la cardiomiopatía.
En nuestra serie del Hospital Ramón y Cajal de Madrid,
en 501 enfermos en tratamiento con ciclosporina la
prevalencia de eventos cardiovasculares (cardiopatía isquémica,
ACVA o enfermedad vascular periférica) fue del 12,9%. En otro
estudio realizado sobre 340 enfermos trasplantados el 29,1%
presentaron al menos un evento cardiovascular (8).
En un estudio retrospectivo de cardiopatía isquémica
realizado en 2382
enfermos trasplantados de tres hospitales españoles (9), la
prevalencia fue del 6,7 % y la incidencia de
15,4 por 1000 enfermos/año, unas 2,5 veces la de la población
general. Un dato a
destacar fue que el 40% de los eventos se presentaron en el primer año postrasplante.
Mortalidad
En
los enfermos en diálisis, las enfermedades cardiovasculares son la
principal causa de mortalidad (10). Igualmente ocurre en el enfermo
trasplantado, en el que éstas ocasionan el 40-60% de todos los
fallecimientos y desde los
años 80 han sobrepasado a las infecciones como primera causa de
muerte. Sin embargo, la mortalidad por enfermedades cardiovasculares
varía de unos países a otros y es más elevada en los países del
norte que en los del sur de Europa. Cuando se comparan enfermos de
similar edad, la mortalidad del enfermo trasplantado es un cuarto
o un sexto la de la población en diálisis y aproximadamente
dos veces la de la población general (10). Se desconoce si el
trasplante renal tiene algún efecto beneficioso sobre la
prevalencia y la mortalidad de las enfermedades cardiovasculares.
Con la recuperación de la función renal deben de desaparecer o
mejorar aquellos factores de riesgo debidos a la uremia. De hecho
algunas de las alteraciones cardiacas como es la hipertrofia ventricular izquierda y la
contractilidad mejoran con el trasplante renal (11-12). Pero no está
demostrado que estas modificaciones influyan en la evolución
del enfermo. En el
Registro Catalán (7), en los enfermos añosos, se observó un
aumento de la prevalencia de las enfermedades cardiovasculares
respecto de la que presentaban al comienzo del tratamiento
sustitutivo, aunque dicho aumento fue inferior que el de los
enfermos que permanecieron en diálisis
Recientemente
Herzog y cols (13) han analizado la supervivencia de los enfermos
del Registro Americano con trasplante renal después de haber
padecido un infarto agudo de miocardio. La mortalidad fue del 30% a
los dos años en el grupo se enfermos trasplantados comparada con el
73% en el grupo en diálisis. Posteriormente los mismos autores (14)
han analizado los factores predictivos de supervivencia en la
población trasplantada después de un infarto agudo de miocardio.
La edad avanzada y la IRC por nefropatía diabética fueron los
más importantes. De las condiciones de comorbilidad, la
enfermedad hepática fue el factor predictivo más potente.
Finalmente han observado que el riesgo de fallecimiento ha ido
disminuyendo en relación a los periodos de tiempo más recientes en
que se realizó el tratamiento. Estos resultados se han atribuido a
la selección de los receptores entre los enfermos con menor
morbilidad en diálisis. Los estudios acerca de
la evolución después de la revascularización
miocárdica en enfermos trasplantados renales son limitados y
la mayoría de ellos describen los resultados en un número pequeño
de enfermos. En los últimos años hay algún estudio con un número
mayor de casos (15,16). Según estos autores tanto la dilatación
transluminal como la cirugía a corazón abierto pueden realizarse
con una morbilidad y mortalidad razonables y sin efectos
perjudiciales sobre la función del injerto.
Factores de riesgo
Como
se dijo previamente, la alta prevalencia de las enfermedades
cardiovasculares en el enfermo trasplantado se ha tratado de
explicar por la enorme
frecuencia con la que lo acompañan aquellas condiciones que se
consideran factores de
riesgo en la población general. La edad avanzada, la hipertensión
arterial, la hiperlipidemia, la diabetes, la inactividad física y
tabaco son la mayoría de ellas más frecuentes en el enfermo
trasplantado que en la población general según datos procedentes
de los EEUU (Tabla 2).
Tabla
2.- Prevalencia (%) de los factores de riesgo cardiovascular
Factor
|
PG
(USA) *
|
TR (USA)*
|
PG (España)**
|
TR (España)***
|
HTA
|
20
|
70-85
|
19,8
|
63,5
|
Tabaco
|
25,5
|
-
|
28,8
|
8,0
|
Diabetes
|
|
|
8,3
|
14,8
|
Colesterol
total >240 mg/dl
|
20
|
60
|
-
|
|
Colesterol
total >200 mg/dl
|
|
|
69,5
|
49,0
|
LDL-colesterol
>130 mg/dl
|
40
|
60
|
|
|
HDL.colesterol
< 35 mg/dl
|
15
|
15
|
7,5
|
|
Triglicéridos
>200 mg/dl
|
15
|
35
|
|
|
Triglicéridos
> 150 mg/dl
|
|
|
29,1
|
34.0
|
Lp(a)
>30 mg/dl
|
15
|
25
|
-
|
|
PG = población general. TR= trasplante
renal
*
Levey y cols 1998 (10), Kasiske 1996 (1). **
Gutierrez A y cols 2000 (17).
***Datos
de TR recogidos a los 12 meses del trasplante en 512 enfermos de un
estudio prospectivo con distintos regímenes de inmunosupresión
(Datos no publicados)
Pero además en el caso del enfermo trasplantado coexisten otros
factores que pueden coadyuvar al desarrollo de estas complicaciones.
Entre estos estarían, el
estado urémico y el tratamiento dialítico previos, el tratamiento
inmunosupresor y el grado de función del órgano
trasplantado. La importancia de unos factores y otros no ha sido
aclarada.
En
algunos estudios los
factores de riesgo convencionales no fueron buenos predictores de
enfermedad cardiovascular ni de mortalidad cardiovascular. Kasiske y
cols (1) usan el modelo de Cox para examinar los factores de riesgo
de enfermedad cardiovascular y encuentran que ni la hipertensión
arterial, ni el LDL-colesterol tenían valor predictivo. Lindholm
y cols (2) analizando los factores de riesgo de mortalidad
por cardiopatía isquémica con el mismo método estadístico
tampoco encuentran entre los factores de riesgo ni la hipertensión
arterial, ni la dislipemia, ni la hipertrofia ventricular izquierda
ni el tabaco. McGregor y cols (17) al estudiar los factores de
riesgo cardiovascular observan que la hipertensión arterial, la
presión arterial, hipercolesterolemia, hipertrigliceridemia y
tabaco no predijeron el fallecimiento precoz por causa
cardiovascular o por cualquier otra causa. Sin embargo Aker y cols
(3) encuentran que la edad, diabetes, sobrepeso, tabaco y LDL-colesterol
fueron los factores de riesgo de enfermedad cardiovascular en su
serie. En el estudio
retrospectivo realizado en España (9)
que incluía 159 enfermos trasplantados con enfermedad isquémica
cardiaca y
328 controles, los factores de riesgo fueron la edad avanzada, la enfermedad
cardiovascular previa, la
hipercolesterolemia y el tabaco todos ellos factores de riesgo
convencionales. El fallo de los factores convencionales como la
hipertensión arterial, la hiperlipidemia y el tabaco en la predicción
de los eventos cardiovasculares en algunos estudios puede ser debido
a su extraordinaria frecuencia en la población trasplantada o
al tratamiento sistemático de la hipercolesterolemia y de la
hipertensión arterial que
hace que se pierda su capacidad de discriminación entre los grupos.
Además
de los factores de riesgo convencionales se han analizado otros. Se
ha observado que las medidas electrocardiográficas al tiempo del
trasplante, hipertrofia ventricular izquierda y la hipertrofia
ventricular izquierda con sobrecarga se asociaron con la mortalidad
global del enfermo (19). Otros grupos han encontrado que
las medidas ecocardiográficas
de estructura y
de función del ventrículo izquierdo fueron predictores importantes
de muerte cardiovascular (18). Los mismos autores han señalado,
como se dijo previamente, que la corrección posterior de estas
alteraciones no mejoró la supervivencia (20).
De
todo lo anterior se deduce que es importante confirmar que aquellos
factores de riesgo cardiovascular en la población general son también
relevantes en el enfermo trasplantado. Para lo que es necesario la
realización de estudios intervensionistas que demuestren que el
control de los factores de riesgo disminuyen la incidencia y la
mortalidad por enfermedad cardiovascular en este grupo de población.
Mientras estos estudios llegan, parece prudente actuar sobre los
factores de riesgo reconocidos como tales en la población general.
Entre estas actuaciones estaría la selección del régimen
inmunosupresor con menor impacto sobre estos factores de riesgo. En
nuestro medio y en espera de confirmar los datos existentes por
otros estudios, el diagnóstico y tratamiento antes del
trasplante de las enfermedades cardiovasculares en general y de la
enfermedad coronaria en particular, el control de la
hipercolesterolemia y el abandono del
tabaco serían las medidas a tomar con objeto de disminuir las complicaciones
cardiovasculares.
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